Todos estamos conscientes de que en solo un par de meses nuestro mundo ha cambiado totalmente, podemos decir que a 180 grados, porque ahora vemos todo desde otra perspectiva.
En los últimos días, todos hemos desarrollado una
increíble atención por la capacitación y por las conferencias, de diversos
temas.
La necesidad de estar informados y mantener el contacto con
nuestros relacionados, así como mantener el networking, se ha incrementado,
podríamos entender que es por las restricciones que implica mantenerse en
salud.
Un gran número de marcas enfrentan un gran reto, porque
aunque sus ventas se mantienen en una línea bastante aceptable, su comunicación
con los consumidores no necesariamente es la mejor. Lo que nos lleva a
recordarles que, aunque sus ventas continúen, no es bueno quedarse callados.
Si nuestros públicos objetivos se han transformado, si están
viviendo un momento diferente, si han integrado nuevos hábitos o patrones de
consumo, entonces nosotros probablemente debemos redefinir nuestra línea de
comunicación.
Quedarse callados no es una opción, aun cuando tus ventas
van bien, porque puede interpretarse como una indiferencia que nos puede pasar
factura cuando toda esta situación termine. Sí, porque algún día debe
finalizar.
Debemos activar nuestra responsabilidad, y enfocar la
comunicación hacia la sensibilidad que como marca mostramos hacia lo que
nuestros consumidores están viviendo. Debemos enviar mensajes de empatía a
través de los canales activos que impactan nuestro target.
Por otro lado, es importante contribuir con soluciones hacia
los problemas comunes que todos estamos enfrentando, independientemente del
área de negocio en que se encuentre.
Aunque parezca llover sobre mojado, informar sobre medidas de seguridad,
hábitos saludables, estrategias financieras, y hasta llevar un poco de entretenimiento,
puede elevar el valor de una marca.
Es importante considerar en la línea de comunicación, que el
público en general dispone de más tiempo para analizarla información que llega
a través de los canales de comunicación directa de las marcas. Pueden interactuar
y dar seguimiento por más tiempo. Además, están muy susceptibles y algunos
emocionalmente vulnerable por lo que la pandemia les ha obligado a vivir. En
resumen, no están dispuestos a quedarse sin respuestas o recibir información
incorrecta.
Vivimos un momento donde las noticias reales y falsas,
corren como pólvora en las diversas plataformas de redes sociales, por lo que
las marcas deben convertirse en fuente fidedigna de su propia información. Además de valerse de medios establecidos que
gocen de credibilidad y buena reputación, para la difusión de los mensajes.
Definitivamente, si nuestro público se ha visto en la
necesidad de cambiar sus hábitos, nuestra marca debe revisar y adaptar su
comunicación. Esto no implica necesariamente abandonar todo lo que estábamos
haciendo, es no conformarnos pensando que ya lo sabemos todo. Es actualizar el
tono, redefinir el mensaje y revisar los canales y la forma de colocación.
Se trata de que cuando todo esto pase, porque pasará, su
marca se mantenga activa y preferida en la mente del consumidor. Y que la
decisión de compra este basada en la necesidad cubierta, y la relación especial
que se ha creado. No en la imposición generada por la crisis.