Sé que estoy retrasada en mi
promesa de dar un recuento de la realidad de los lugares que decidimos conocer
por lo que vemos en las redes sociales, pero ya les comienzo a contar la segunda visita. Cierto sábado Él me pregunta si podemos
desayunar, habíamos agotado las primeras horas de la mañana haciendo
diligencias y visitando lugares que cerraban al mediodía, por lo que debimos
concluir nuestras visitas temprano. Ya
casi la hora del almuerzo, le digo: ¿qué tal si hoy conocemos Celeste, un lugar
que aparentemente hace unos desayunos riquísimos? Y aclaro, bueno lo que se ve
en las fotos. Él me dice vamos, ya han entendido que es mi cómplice.
Al llegar a Celeste, le pedimos
al camarero de inmediato nuestro segundo
café del día, recuerden que somos #coffeelovers y lo practicamos. Luego
ordenamos nuestros desayunos, vistos en instagram. El camarero nos indica, que ya es hora de almuerzo, por lo que no
debemos ordenar desayuno, esa parte ya no estaba disponible. Ya imaginaran mi
cara de desilusión, y le respondo: “pero yo solo vine por la foto del desayuno
que me cautivó”. Les cuento, éste me dice, entonces déjeme ver que hacemos. Se
traslada a la cocina y luego regresa indicándonos, ¿Cuáles son esos platos que
desean? Le respondimos, y me dijo, se los vamos a preparar.
Esta es la real experiencia que
deseamos vivir, los platos estuvieron presentados igual a la fotografías en las
redes, el chico tuvo un pequeño fallo conmigo, que se lo perdono por el
esfuerzo de servirme y complacerme que mostró.
Todavía al camarero le falta
algo, que sucede en muchos lugares, y es el seguimiento, sin llegar a abrumar,
para verificar que todo está en orden. De todas formas, Celeste es un lugar que
le indique a Juanita puede visitar cuando este antojada de un rico desayuno
criollo o americano.
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