Si, las novelas venezolanas son las que han dañado el pensamiento de muchas mujeres de mi generación, que compraron el mito de que para ser felices, primero debían sufrir.
Es una gran alegría que la tecnología nos acerque cada vez más
a personas que formaron parte importante de tu vida, pero que por tiempo o distancia, no mantenían contacto
frecuente. Gracias a esta misma tecnología accedes a conocer ciertas historias,
y te parece increíble que aun en pleno siglo 21, todavía hay mujeres que
entienden que los verbos sufrir y amar se conjugan al mismo tiempo.
Yo, definitivamente creo en el amor, y reitero, en el amor.
No me gusta pensar que para alcanzar ese amor debemos primero pasar cierta
calamidad. Quisiera pensar que la vida te pone pruebas, y que definitivamente
tu labor es no dejarte hundir en ellas, sino buscar la forma de superarlas y
seguir adelante.
Que hay muchas formas de amar, si lo acepto. Pero ninguna
debe rebajarte a tu mínima expresión como persona. Toda manifestación de amor
debe elevarte, hacerte sentir valorizada, importante, confiada, segura,
deseada, protegida, acompañada. Si lo que estas sintiendo no tiene que ver nada
con ninguno de estos adjetivos; entonces amiga mía, evalúe esa relación y saque
conclusiones.
Nooo mis niñas, así nos es, ustedes pueden crear sus propias
historias, cultivando el ser felices día por día, capítulo por capítulo. Apuesten
por una relación que se construya cada día con una sonrisa y un fuerte abrazo.
Con discusiones reales acerca de objetivos comunes, o las diferencias propias
de ser individuos con sus propias ambiciones. Pero no discusiones que dejan muy
claro que se está forzando algo que sencillamente no encaja.
Los argumentos de las novelas venezolanas son buen
entretenimiento para los que están fuera de la relación. Pero es siempre bueno
recordar lo que dice aquel autor: las buenas relaciones no tienen final feliz,
sencillamente no tienen final.
Excelente!!! 100% de acuerdo!!!! Sin desperdicios 👍
ResponderEliminarJajaja este está muy bueno.así es amiga, El complejo de heroína de telenovelas lo llevamos muy arraigado. Y no sólo ese sino el de la pobre que después se convierte en rica gracias al amor(una rama del chapeo) o la de la hija ilegítima que descubre a sus padres ricos. Todo es sufrimiento con una recompensa al final, ser sumisa, aguantar los cuernos, humillarse, porque esas son las mujeres buenas de verdad que con su amor y paciencia han logrado cambiar el mundo..... por cierto chequea 50 sombras de grey que un poco más de lo mismo
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