Ya finalizamos otro año de vida. Uff, la verdad que aunque
2018 avanzó bastante rápido, fueron 12 meses cargados de diversas experiencias
y emociones. Tanto así, que había momentos que no estaba clara en si quería que
concluyera o nos extendiera el tiempo para alcanzar los objetivos propuestos.
Pero, por corto o largo que nos parezca, son solo 12 meses
lo que dura cada año. Es el tiempo con que contamos para nuestras decisiones y
promesas. En el 2018 alcancé el medio siglo de vida, y les juro que muchas
cosas han cambiado en mi cabeza y entorno a partir de ese día.
Por ejemplo, quienes me conocen desde hace muchos años,
saben que adoro la Navidad, me encantan las celebraciones, apoyo el gasto
desmedido, las juntaderas, los arreglos, la decoración. He sido cómplice de
iniciar las celebraciones el 1 de diciembre y concluir casi con la celebración
de la Altagracia.
El Fin de Año siempre fue momento de reunión, fiesta,
brillo. En resumen, como dirían por ahí: romper la liga. Sin embargo,
últimamente he tomado este periodo con más calma, en parte tiene mucho que ver,
mi vida con él. Y el mantenerme entre
tres países todo el año.
Luego de pasar una estupenda cena de Noche Buena, con mi
familia natal. Este fin de año fue totalmente diferente, hicimos vida de
isleños, compartiendo con mi familia política en Eleuthra, una de las 700 islas
que componen el archipiélago de Las Bahamas. Además, de estar unos días en Fort
Lauderdale, compartiendo mi vida con él.
Un comentario al margen, pero se han fijado que él como que
ha sustituido a mi amiga Juanita. Bueno, cierro el comentario.
Cuantas formas de ser felices tenemos a nuestro alcance y en
muchas ocasiones las desconocemos. Conforme van pasando los años es que nos
vamos dando cuenta del valor de cada cosa. Pero les recomiendo que no esperen a
hacerse viejos para descubrir todo lo que se puede disfrutar antes de alcanzar
algunas metas infundadas por la sociedad.
A principios de diciembre veía una película que planteaba,
¿y si cambiamos las tradiciones que hasta la fecha tenemos para la celebración
de la Navidad y destinamos esos fondos a vivir una de esas experiencias que
ocupan nuestro bucket list? O sencillamente, empezamos a crear nuestras propias
tradiciones.
No recuerdo una sola vez en vida adulta que recibiera el año
nuevo en pijamas en mi cama, como recibí el 2019. Créanme fue una grata experiencia, no pensar en vestuario,
salón, y todas esas cosas, que no están para nada mal. Pero que no deben
convertirse en parte de nuestra religión.
Parte de mi celebración de fin de año fue pasarme la última
semana con cero maquillaje en el rostro, con ropa tan cómoda, como los tshirts
de mi esposo. Totalmente despeinada y en calizos. Disfrutando de mi misma, sin
complejos.
Muchas personas confunden madurar actitudes con echarse a
viejo, que en el argot popular es diferente a envejecer. A mi particularmente
me agrada sentir que he madurado, aceptar que no tengo la misma energía, aunque
vea cientos de mujeres mayores que yo con mejor apariencia y una actuación más
animada que una veinteañera.
He tenido la dicha de vivir cada etapa de mi vida al máximo,
les confieso que bebí, no hasta la inconsciencia, sino hasta hacerme bien
consciente de que no se debe beber tanto. No he eliminado el trago, solo
disminuido la cantidad.
Me preocupaba mucho todo el outfit que usaría durante las
festividades navideñas, y como buena dominicana incluir varios estrenos durante
todo el mes, para provocar la atención de amigas y familiares. Este año fue
diferente.
Algunas cosas no han cambiado totalmente, son parte de mi
esencia y las disfruto por completo. Como es la decoración de las casas y
compartir con la familia. Algo que deberíamos hacer el año entero. Por lo menos
dos días al mes.
Hoy Día de Reyes aun escribo mis propósitos, pero
conscientes de que el 100% del control no está en mis manos, pero si esta en
mis manos la forma en que trabajo las adversidades que se presentan, y gestiono
nuevas vías, o porque no, nuevos planes. La Divinidad es perfecta y todo tiene un
real propósito en nuestras vidas.
Hoy disfruto un Día de Reyes reviviendo esos momentos que
fueron buenos, pese a que no siempre obtuvimos lo que esperábamos, en ocasiones
menos en otras más. Me encanta revivir ciertos recuerdos. Aunque me gusta más
ir construyendo mi presente, eligiendo los nuevos caminos a recorrer y las
estrategias a utilizar.
Excelente escrito amiga! Te felicito.
ResponderEliminarMe vi reflejada en casi cada párrafo.
Un abrazo para ti y para El.🌷
Disfruté mucho esta lectura y la paz que transmite, que es la misma que disfruto. Feliz de sentirte cerca, amiga. Por un 2019 despeinada, descalza o en glamour total, pero disfrutando de corazón. TQM.
ResponderEliminar