Existe un principio bíblico, muy
aceptado por todos, que reza: “No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace
tu mano derecha”. Refiriéndose el Evangelio a que cuando des una limosna, lo
hagas con total discreción. Pero este principio nada tiene que ver en nuestra
gestión de marketing y relaciones públicas corporativas.
Invertir en patrocinios es una
estrategia de comunicación y promoción, que aunque es adoptada por muchas
empresas, en ocasiones no está bien formulada para maximizar su beneficio. La
clave está en seleccionar bien donde vamos a colocar nuestra marca, y por ende
nuestro dinero.
Durante mucho tiempo hemos
asesorado a empresas a invertir en lo que llamamos patrocinios exitosos. Esto
no se limita a empresas que disponen de grandes presupuestos, como las
telefónicas, bancos o la industria cervecera.
Empresas con recursos limitados
también pueden hacer uso eficiente en la inversión, y alcanzar objetivos de
penetración con menor costo que la inversión en publicidad masiva convencional.
Sin duda patrocinar un evento puede traer grandes beneficios a una marca, la
clave es la selección del proyecto adecuado en línea con los objetivos del
negocio.
Es importante antes de tomar la decisión
de apoyar ciertas actividades deportivas,
culturales o de entretenimiento, realizar un análisis cuyos resultados
deben dar pie a crear la estrategia de inversión de la marca en cuestión.
Este proceso de análisis debe
partir del insight de mi consumidor o cliente. Saber cómo piensa, cuáles son sus
gustos y preferencia, dónde se encuentra y a que comunidad pertenece. Claro,
este análisis ya debe estar contenido en mi plan de marketing.
A seguidas debo visualizar cual es
la impresión que deseo deje mi marca en el público objetivo. De ahí definir si
voy a invertir en una sola área de actividades o eventos, o si voy a abrirme a
conocer el abanico de opciones que me presenten.
Una vez definida esta parte,
entonces toca analizar las propuestas que nos llegan o que hay en el mercado.
Esto incluye ver los datos que nos ofrecen, tales como nivel de alcance del
evento, si existe información histórica, quienes son los organizadores y su
reputación.
Adicional, como se identifica el
proyecto con la esencia, el posicionamiento y los objetivos de nuestra marca, y
como podemos explotar al máximo los beneficios incluidos en el patrocinio.
Cuando ya tenemos respuestas a
todos estos cuestionamientos, y concluimos que el proyecto a patrocinar está
alineado con nuestra marca, entonces toca pensar como sobresalir sobre los
demás patrocinadores, y garantizar el éxito de participación.
Es importante tomar en cuenta, que
para sobresalir se requerirá probablemente una inversión adicional al monto
aportado, que en muchas ocasiones es mayor que el fee de participación en el
evento.
Algo que debemos tomar en cuenta,
cuando estamos manejando marcas consideradas pequeñas, con bajos recursos, es
como se verán al lado de las grandes marcas que suelen adueñarse de los eventos
y convertirlos en parte de sus DNA.
Si sentimos que los eventos que nos
presentan en el mercado no están alineados en lo absoluto con los valores de
nuestra marca, ni dentro de nuestros objetivos. Lo ideal es crear nuestros
propios eventos, e invitar a otras marcas a apoyarlos. Así lideramos el
proyecto.
Cuando nos embarcamos finalmente en
un patrocinio, todas las áreas involucradas en la comunicación de la marca
deben estar enteradas e identificadas. Muchos evento terminan generando una
mayor demanda del producto, por lo que las áreas de abastecimiento deben estar
preparadas.
Al igual que ventas y marketing, las
relaciones públicas nunca deben quedarse fuera, forman parte fundamental del
proceso de construcción de la identidad y afinidad de la marca con el evento patrocinado,
además de prevenir los riesgos a los que se pudieran exponer la imagen.
Recursos Humanos juega un
importante rol para que la comunicación con los empleados de la empresa sea
efectiva, y apoyen la participación activa en el evento. Los colaboradores de
la empresa constituyen un público importante que no debemos ignorar.
Al momento de buscar los beneficios
de participación en ciertos eventos, es válido salirse de lo tradicional y
explorar nuevos caminos, siempre buscando una conexión positiva y relación
coherente de la marca, sin que, por llamar la atención, afectemos nuestro
posicionamiento o imagen.
En conclusión, la participación como patrocinadores debe hacerse de forma programada e integral. Siempre dentro de la estrategia de marca, pero con ideas innovadoras, fuera de molde, siempre en busca de sacar el mayor beneficio a la inversión realizada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario